Monday, October 25, 2010

Vi ovnis ayer en el zócalo de la ciudad de México


Cosas marcianas:

Ayer por la tarde, nos dispusimos a acudir a una cita en el centro histórico de la ciudad de México.

Se había llevado a cabo en la mañana una ceremonia en la que se rindió homenaje a un poeta mexicano, Alí Chumacero, en el Palacio de Bellas Artes. La única vez que fuimos a propósito a un evento de esa naturaleza fue cuando Octavio Paz (tal vez el más grande poeta mexicano y uno de los mayores en el mundo de la literatura en español) fue homenajeado allí también.

Chumacero: Entretejedor de palabras, palabras que tan sólo quieren unirse a otras para crear cantos que nos piden hoy en día leerlas con calma...en reposo, sin duda.

Se va porque el tiempo ya da de sí, muere y es imposible no pensar que se muere otra estrella en el planeta Tierra. Aunque él ya había concluído su obra poética, consistente de 3 únicos volúmenes, siempre será de lamentar que el arte honesto pierda otro miembro.

Pues justo en frente del Palacio de Bellas Artes, entre el edificio en donde se ubica una tienda Sears y otro cuyo nombre desconocemos, vimos suspendidos un conjunto de cuatro platillos voladores.

La mirada nos jaló hacia allá pues eran cuerpos oscuros contra un cielo despejado y en un día particularmente caluroso y soleado. Pero de inmediato la razón entró en acción y nos percatamos, debido a su tembloroso comportamiento, que el viento los manipulaba de manera graciosa. Bailoteaban torpemente: eran unos inflables atados a unas cuerdas de edificio a edificio.

Nos sacó una sonrisa.
Y ahorita pensamos: los que se pusieron de acuerdo para hacerlo, divertidamente, contribuyeron a poner una nota distinta a un domingo que, fuera de la pena de una muerte, nos recordó que aún puede sorprendernos la vida; si nos damos esa oportunidad.

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