Esta idea que se comparte con respecto al Día de muertos: esta idea de que se aguarda por los que se fueron, se les ofrece la comida que degustaban, las bebidas que disfrutaban. Esta idea del Día de muertos, es eso: una idea. Una bella idea.
A veces, pensamos aquí en Marte, que esta misma sensación de idea tenían nuestros antepasados. Cuando hoy nosotros decimos: los antiguos creían que sus difuntos volvían a sus casas para departir con sus familiares...Actualmente no creemos de verdad verdad que los muertos vuelven: nos pararía los pelos de punta. Es una idea. Es una linda idea. Es lo que es: un colorido, maravilloso rito. Pero no creemos que en verdad vuelven los abuelos, o el ser que se nos adelantó en el viaje a la eternidad de nada o a la nada de eternidad...o al cielo, como se quiera.
Hemos llegado a pensar que el presente le otorga a su pasado un misticismo que es gozoso de apreciar pero que no es enteramente lo real. El pasado siempre vuelve al presente transformado, trastocado: reimaginado.
Es bello pensar, insistimos, en que en este día recordemos (eso sí) a quienes ya no están con nosotros y se fundieron con la, sin exageraciones, madre Tierra. Hacia allá vamos todos.
Como dijera Jim Morrison, "Nadie sale vivo de aquí". Feliz día. Que sea de recuerdos gratos, de lágrimas dulces, y de un deseo profundo de que quienes aún gozamos del privilegio de la vida lo valoremos como lo que es, independientemente de volver o no, la única y cara oportunidad de hacer, sentir, pensar, crear, perdonar, olvidar...
para luego desvanecernos...
De hecho, todos los días nos vamos desapareciendo un poquito.
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